Si está iniciando el tratamiento para el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), debe informarse acerca del síndrome inflamatorio de reconstitución inmune (SIRI). El SIRI es una complicación potencial que puede desarrollarse en las personas poco después de iniciar el tratamiento para el VIH, y puede provocar síntomas desagradables como dolor, fiebre, dificultades para respirar y problemas de visión, entre otros.
Aunque el SIRI puede hacer que se sienta mal por un tiempo, su desarrollo generalmente implica que el sistema inmunitario se está fortaleciendo. A continuación, se proporcionan siete datos que debe saber sobre el SIRI si usted o un ser querido está iniciando un nuevo tratamiento para el VIH.
El SIRI es una respuesta inflamatoria al inicio o al cambio del tratamiento para el VIH con una terapia antirretroviral (TAR), también conocida como terapia antirretroviral altamente activa (TARAA) o terapia antirretroviral combinada. El tratamiento generalmente se toma en forma de un comprimido que contiene varios fármacos. Hasta 1 de cada 3 personas que comienza una TAR desarrolla SIRI. Cuando se desarrolla SIRI, generalmente aparece dentro de las primeras cuatro a ocho semanas de haber iniciado un tratamiento antirretroviral.
El SIRI puede aparecer cuando el tratamiento para el VIH reduce eficazmente la carga viral de VIH de una persona y su sistema inmunitario se está fortaleciendo. Cuando su sistema inmunitario se fortalece, puede empezar a combatir una infección que antes no podía combatir. A veces, eso puede hacer que se sienta peor, aunque su tratamiento para el VIH esté funcionando.
El SIRI también puede aparecer en personas que no tienen VIH, como personas que se sometieron a un trasplante de órgano, dieron a luz o tienen afecciones inflamatorias crónicas.
Los objetivos de la TAR son reducir la cantidad de virus en el cuerpo y restaurar el sistema inmunitario. A medida que el medicamento empieza a funcionar, el sistema inmunitario debería fortalecerse.
La función inmunitaria generalmente se mide por el recuento de linfocitos T CD4 positivo (CD4). Las personas que no tienen VIH generalmente tienen un recuento de CD4 que está entre 500 y 1,500 células por milímetro cúbico.
Si tiene VIH y no recibe tratamiento, el recuento de CD4 disminuirá. Un recuento más bajo de CD4 implica un sistema inmunitario más débil. Un recuento de CD4 por debajo de 200 células por milímetro cúbico aumenta el riesgo de desarrollar infecciones que por lo general no se dan en personas sanas, conocidas como infecciones oportunistas. Si su recuento de CD4 es demasiado bajo, tal vez no sepa que tiene una infección porque su sistema inmunitario no tiene suficiente fuerza para reconocerla y reaccionar a ella. Por lo tanto, no tendrá ningún síntoma de la infección. Si no se trata, una infección puede empeorar y provocar un daño permanente en el cuerpo.
Después de iniciar el tratamiento para el VIH, el recuento de CD4 debería empezar a aumentar gradualmente. A medida que su sistema inmunitario se fortalece, comenzará a reconocer si tiene una infección. Una vez que su sistema inmunitario esté al tanto de la infección, es posible que usted empiece a desarrollar síntomas de esa infección.
En el SIRI paradójico, es posible que experimente síntomas que reaparecen o que empeoran de una infección que ya le habían diagnosticado y tratado. Es probable que los síntomas sean similares a los que experimentó en el pasado. Ese tipo de SIRI se conoce como “paradójico” porque no tiene sentido enfermarse por una afección para la que ya había recibido tratamiento. Sin embargo, si recibió tratamiento para una infección mientras el sistema inmunitario estaba muy débil, es posible que no se haya curado. Cuando su sistema inmunitario se fortalece, comienza a combatir la infección nuevamente.
En el SIRI desenmascarado, puede tener síntomas nuevos de una infección que no le habían diagnosticado. A medida que el sistema inmunitario se fortalece, “desenmascara” los síntomas de una infección que usted no sabía que tenía.
La mayoría de las personas que desarrollan SIRI tienen síntomas moderados, como dolor y fiebre. Los síntomas específicos dependerán del tipo de germen que causa la infección.
Las personas que tienen VIH pueden ser más propensas a la infección por algunos gérmenes (como virus, bacterias, hongos o parásitos). El VIH puede dañar la respuesta inmunitaria a las infecciones. Las infecciones que ocurren con más frecuencia o que causan la enfermedad más grave en personas con un sistema inmunitario debilitado se conocen como infecciones oportunistas.
Es posible que tenga dificultades para respirar, tos o falta de aliento si tiene una infección en las vías respiratorias o en los pulmones. Las infecciones oportunistas que pueden causar problemas para respirar incluyen las siguientes:
Una infección en el sistema nervioso central (el cerebro o la médula espinal) puede causar síntomas graves, como confusión, problemas para hablar, pérdida del control muscular y parálisis. En personas con VIH/SIDA, ese tipo de infección puede ser causada por un virus llamado virus John Cunningham, que provoca una enfermedad conocida como leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP). La infección diagnosticada con mayor frecuencia es la toxoplasmosis, causada por el parásito Toxoplasma gondii, que puede infectar el cerebro y otros órganos. El hongo criptococo también puede causar infecciones del sistema nervioso central.
Puede presentar problemas en la vista si tiene retinitis por citomegalovirus (CMV), una infección viral del ojo. Las personas con retinitis por CMV tienen dificultades en la visión que empeoran con el tiempo. La retinitis por CMV es una emergencia médica; si no se trata rápidamente, puede provocar ceguera.
Puede desarrollar manchas indoloras de color rosado o morado —elevadas o planas— en las piernas, los pies o la cara si tiene una infección por un virus llamado virus del herpes humano 8 (VHH-8). Esas lesiones también pueden desarrollarse en los órganos internos y provocar una enfermedad significativa. El VHH8 también puede causar un tipo de cáncer llamado sarcoma de Kaposi en personas que tienen un sistema inmunitario muy débil.
Es posible que experimente otros síntomas causados por otros tipos de enfermedades infecciosas. Hable con su médico inmediatamente si nota algún síntoma anormal después de iniciar los medicamentos para el VIH, ya que es posible que necesite tratamiento para infecciones específicas relacionadas con el SIRI.
Si la infección no se trata, puede dar lugar a complicaciones graves, como insuficiencia respiratoria, cáncer o ceguera. Las personas que tienen infecciones que afectan el cerebro y la médula espinal pueden tener un mayor riesgo de muerte.
Las personas con recuentos bajos de CD4 —generalmente, menos de 100 células por milímetro cúbico— son más propensas a desarrollar SIRI al iniciar la TAR que las personas con recuentos de CD4 superiores a 200 células por milímetro cúbico.
Otros factores de riesgo para el desarrollo de SIRI incluyen los siguientes:
Hable con su proveedor de atención médica acerca de sus factores de riesgo para el desarrollo de SIRI antes de comenzar su tratamiento. Si tiene una infección oportunista, el médico puede recetarle tratamiento adicional o hacerle pruebas antes de iniciar la TAR.
Si desarrolla SIRI y comienza a sentirse mal después de iniciar la TAR, el médico probablemente no interrumpa el tratamiento. Continuar con él ayudará al sistema inmunitario a fortalecerse para que pueda combatir la infección que está causando esos síntomas molestos.
No obstante, el médico puede interrumpir temporalmente el tratamiento para el VIH si usted tiene síntomas que ponen en riesgo su vida. Nunca deje de tomar los medicamentos sin consultar primero a su médico.
No hay un único tratamiento específico para el SIRI. Su tratamiento se centrará en eliminar la infección y aliviar los síntomas. Las infecciones oportunistas se tratan con antibióticos, antivirales o antimicóticos, según el tipo de germen.
Los síntomas leves, como el dolor y la fiebre, pueden manejarse con analgésicos de venta libre como acetaminofeno (Tylenol) o ibuprofeno (Motrin o Advil).
Si tiene inflamación significativa que causa enfermedad pulmonar grave o problemas en el sistema nervioso central, tal vez necesite unos medicamentos antiinflamatorios llamados corticosteroides.
Si comienza a sentirse mal durante los primeros meses después del inicio de la TAR para el VIH, hable con su médico de inmediato.
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Tenía menos de 14 células t en 1994. Me infecté en 1985 por la bisexualidad de mi novio sin que yo lo supiera. Nunca tuve IRIS.
I had less than 14 tcells by 1994. Infected 1985 by boyfriend bisexuality unbeknownst to me. I never got IRIS.
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