Si vive con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), es posible que sienta fatiga ocasionalmente. La fatiga se describe como un cansancio que no se alivia con el descanso, puede afectar a su calidad de vida y llevarle a buscar formas de mejorar sus niveles de energía.
“Siento que siempre cargo con 1,000 libras sobre mi espalda, independientemente de lo que haya probado”, compartió un miembro de myHIVteam. “Estoy cansado de estar cansado. Quiero recuperar mi energía”.
Aunque no es tan común entre las personas con VIH como lo era antes, la fatiga todavía puede ser un síntoma frustrante. Por suerte, si experimenta fatiga mientras vive con VIH, usted y su proveedor de atención médica pueden trabajar juntos para ayudarle a controlar este síntoma.
La fatiga puede presentarse en diversos grados entre las personas con VIH o SIDA y son varios los factores que intervienen en la causa o la agudización de este síntoma.
Vivir con una enfermedad crónica (continua) como el VIH puede implicar muchos retos económicos, emocionales y sociales. Los estudios muestran que las personas que viven con VIH tienen más probabilidades de padecer problemas de salud mental que las personas sin VIH. El estrés que provoca recibir un diagnóstico de VIH, hacer frente a las intervenciones de tratamiento y las citas, evaluar cómo empezar a salir de nuevo y hacer público su estado de salud puede tener repercusiones negativas en su salud mental. Aproximadamente un tercio de las personas que padecen una enfermedad crónica grave, como el VIH, experimentan síntomas de depresión.
En Estados Unidos, el VIH se considera una discapacidad según la Ley para Estadounidenses con Discapacidades (Americans with Disabilities Act, ADA). Las personas que viven con VIH tienen protección frente a la discriminación y ciertos derechos a recibir prestaciones que respondan a sus necesidades de salud física y mental.
Las enfermedades mentales, como la depresión y la ansiedad, pueden contribuir a la fatiga. La depresión es una causa común de fatiga entre las personas que viven con VIH. La fatiga también puede empeorar la depresión y otros problemas de salud mental, creando un círculo de reacciones negativas.
“Los problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, pueden contribuir a la fatiga”.
Las comorbilidades, o enfermedades concomitantes, son frecuentes entre las personas que viven con VIH. Enfermedades como la insuficiencia renal crónica, las cardiopatías, la diabetes y el cáncer, así como algunos de sus tratamientos, pueden contribuir a la fatiga.
Los expertos han descubierto que el VIH en sí puede ser una de las causas de la fatiga, aunque los investigadores aún intentan saber exactamente cómo se produce la fatiga relacionada con el VIH, ya que se trata de algo complejo. Los científicos han descubierto que, en las personas que viven con VIH, el sistema inmunitario ataca al virus, lo que provoca inflamación.
Varios estudios han demostrado que la inflamación prolongada del cerebro puede provocar una mayor tasa de depresión en las personas que viven con VIH. Incluso niveles bajos de inflamación pueden restarle energía y provocar fatiga.
La inflamación del cerebro de las personas que viven con VIH también se asocia a la disfunción neurocognitiva relacionada con el trastorno neurocognitivo asociado con el VIH (HIV-Associated Neurocognitive Dysfunction, HAND), que provoca síntomas de disfunción cognitiva y, probablemente, fatiga. Un estudio publicado en la revista AIDS reveló que las personas mayores con VIH que experimentan fatiga suelen tener problemas de razonamiento y memoria. Esta dificultad puede obligarlos a depender más de otras personas para que les ayuden en las tareas cotidianas.
La mejor manera de controlar la fatiga si vive con VIH es la terapia antirretroviral (antiretroviral therapy, ART), que consiste en tomar los medicamentos prescritos por el médico para que la carga viral se mantenga indetectable de forma constante. Además, puede aplicar las seis estrategias que se indican a continuación para combatir la fatiga.
Como siempre, consulte a un profesional de la atención médica si experimenta síntomas de fatiga nuevos o que empeoran. Los profesionales de atención médica pueden determinar la causa de su agotamiento y trabajar con usted para encontrar la mejor manera de combatirlo.
Si siente fatiga, el ejercicio físico puede ser la última opción en la que piense. Como indicó un miembro de myHIVteam, a pesar de estar motivado, el cansancio puede ser un reto para realizar ejercicios físicos: “Antes de que me diagnosticaran en abril de 2017, era una persona sumamente activa. Corría de dos a cuatro millas al día y había empezado a levantar pesas y a ganar músculo. Desde que me diagnosticaron, todo ha quedado en un segundo plano, y me gustaría volver a hacer ejercicio físico”.
Aunque al principio parezca desalentador, mantenerse físicamente activo es una de las mejores formas de reducir la fatiga cuando se vive con VIH. El ejercicio físico también puede ayudar a controlar enfermedades concomitantes, como las enfermedades mentales, la diabetes o las cardiopatías, que pueden contribuir a la fatiga.
Muchos miembros de myHIVteam han recomendado hacer ejercicio físico para reducir la fatiga. “Me diagnosticaron VIH en julio de 1985”, escribió un miembro. “Este mes cumplo 34 años. Con el paso de los años, aprendí que tenemos que hacer algunas cosas por nosotros mismos. Uno de ellas es hacer ejercicio físico, levantarse del sofá. Me siento mucho mejor después de hacer ejercicio físico de forma regular. No necesita ir a un gimnasio ni tener una máquina sofisticada. Caminar es un gran ejercicio físico; los estiramientos y el yoga o el taichí resultan muy útiles”.
Que el cuerpo descanse cuando lo necesita es tan importante como mantenerse activo. Uno de los miembros dijo: “Procuro descansar cuando mi cuerpo lo pide. No me estreso por el cansancio o la fatiga. Es parte de vivir con VIH… No sobrepaso los límites de mi cuerpo, pero hago lo necesario para acelerar el ritmo cardíaco y sudar. Hay días en los que mi cuerpo no responde. Así que no insisto, y desde luego, no me estreso por esto”.
Permitirse descansar puede ser muy importante para el autocuidado cuando se vive con VIH. Un miembro de myHIVteam compartió el siguiente consejo: “Últimamente he estado trabajando en escuchar a mi cuerpo, esforzándome cuando es necesario, pero asegurándome de descansar cuando mi cuerpo lo pide. En lo personal, me resulta difícil cuidar de mí mismo del mismo modo que cuidaría de otra persona, pero estoy adoptando una actitud de autocompasión. Con la práctica resulta más fácil”.
Dormir bien también es importante para evitar la fatiga crónica. Si experimenta algún trastorno del sueño o tiene problemas para dormir, puede que le interese desarrollar una rutina constante a la hora de acostarse (también llamada higiene del sueño).
Procure acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, cree un entorno cómodo que le ayude a conciliar y mantener el sueño. Puede atenuar las luces cuando se acerque la hora de acostarse y mantener el cuarto a una temperatura fresca y agradable (en general, alrededor de 65 grados Fahrenheit, según Sleep Foundation). Los médicos también recomiendan evitar el uso de pantallas una hora antes de irse a dormir, así como reducir el consumo de alcohol y cafeína, sobre todo tres o cuatro horas antes de acostarse.
Una dieta saludable y nutritiva es importante para mantener la calidad de vida y el bienestar general mientras se vive con VIH. Una dieta equilibrada puede ayudar a reducir la fatiga y prevenir afecciones como la anemia (un recuento bajo de glóbulos rojos), que puede resultar por la falta de hierro, vitamina B12 o vitamina B9 (folato). Además, una nutrición adecuada puede reforzar su sistema inmunitario, ayudándole a combatir las infecciones y a hacer frente a la progresión de la enfermedad, que puede contribuir a la fatiga.
Dado que la depresión es una de las causas más comunes de fatiga en las personas que viven con VIH, es importante abordar estos sentimientos. La depresión puede dificultar la realización de las tareas cotidianas y causar un sueño excesivo o insuficiente, lo que provoca agotamiento, somnolencia o fatiga. Otros problemas de salud mental, como el estrés y la ansiedad, así como la dificultad de vivir con una enfermedad crónica, también pueden contribuir a la fatiga.
Si tiene problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o un nivel excesivo de estrés, hable con su médico. Un examen o pruebas sencillas pueden ayudarle a establecer un diagnóstico, y así, se podrá determinar el tratamiento. Es posible que le deriven a un especialista en salud mental, como un psiquiatra o un psicoterapeuta (terapeuta conversacional), o que le recomienden unirse a un grupo de apoyo para ayudarle a afrontar los retos de la vida que conlleva vivir con VIH.
Algunos tratamientos para el VIH pueden causar efectos secundarios que provoquen alteraciones del sueño, lo que empeora la fatiga.
En particular, algunos medicamentos para el VIH pueden dificultar el sueño. Los fármacos contra el VIH efavirenz (Sustiva), dolutegravir (Tivicay) y bictegravir (un componente del fármaco combinado Biktarvy), por ejemplo, pueden alterar el sueño o provocar sueños vívidos, pesadillas o insomnio. Para ayudar a minimizar estos efectos secundarios, tome Sustiva con el estómago vacío y tome Tivicay y Biktarvy por la mañana.
Hable con su médico si cree que los tratamientos contra el VIH, como los fármacos de la ART, le causan problemas de sueño o reducen sus niveles de energía. Su equipo de atención médica puede trabajar con usted para encontrar el tratamiento más eficaz y un plan de control de los síntomas que minimice los efectos secundarios, como la fatiga.
¿Usted o un ser querido vive con VIH? Considere unirse a myHIVteam hoy. En myHIVteam, la red social y el grupo de apoyo en línea para personas que viven con VIH, más de 41,000 miembros hablan sobre diversas experiencias y luchas personales. La fatiga es uno de los tres síntomas principales que informan los miembros.
¿Cómo controla la fatiga? ¿Tiene alguna sugerencia para otras personas que tienen fatiga y VIH? Comparta sus preguntas o consejos en los comentarios a continuación, o publique en su página de Activities (Actividades).
Recibe publicaciones directamente en tu bandeja de entrada.
Tengo 71 Años Y Me Diagnosticaron SIDA En 1999. Además De Las Causas Mencionadas, ¿el Envejecimiento Tiene Algún Efecto Sobre La Fatiga?
Hazte miembro para saber aún más:
Un miembro de myHIVteam
Algunos de estos consejos ya los aplicaba, y ahora los aplicaré con más fuerza, pues hay que seguir viviendo
¡Nos encantaría saber de ti! Por favor, comparte tu nombre y correo electrónico para publicar y leer comentarios.
¡Nos encantaría saber tu opinión! Por favor, proporciona tu nombre y correo electrónico para poder publicar y leer comentarios.