Los proveedores de atención médica suelen diagnosticar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) con uno o más análisis de sangre. Si la primera ronda de pruebas no da resultados concluyentes, el médico podría ordenar pruebas de revisión. Para que las pruebas sean efectivas y den resultados concluyentes, se debe esperar una cierta cantidad de tiempo para que el virus se reproduzca (multiplique) y alcance niveles detectables. Lo más pronto que se puede obtener una prueba confiable de VIH es dentro de una a tres semanas de que la persona haya estado expuesta al virus. Casi la mayoría de todas las pruebas son confiables después de dos meses de infección.
El lapso entre la exposición al virus y el momento en que una prueba permite detectar con exactitud la infección se llama período silente. Durante el período silente, el VIH se multiplica dentro del cuerpo y forma moléculas que las pruebas diagnósticas pueden detectar. Realizar la prueba demasiado pronto podría arrojar un resultado negativo falso —es decir, la prueba podría no detectar el virus a pesar de que la persona esté infectada— o podría dar resultados no concluyentes. Durante el período silente, la persona será muy contagiosa si se ha infectado.
Si usted sabe o sospecha que ha estado expuesto al VIH, debe hacerse una prueba lo antes posible. Mientras tanto, evite conductas que puedan aumentar el riesgo de transmitir el VIH a los demás. Si le preocupa la posibilidad de que recientemente se haya expuesto al VIH, consulte con su médico sobre la profilaxis posterior a la exposición (PPE), un esquema de tratamiento que puede ayudar a evitar que se contagie.
Empezar pronto el tratamiento para el VIH da a las personas con VIH las mejores probabilidades de vivir una vida saludable y larga, y también reduce el riesgo de propagar el virus. Por estos motivos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) recomiendan a todas las personas entre las edades de 13 y 64 años hacerse una prueba periódica de VIH.
Asimismo, los CDC recomiendan a las personas que están embarazadas someterse a una prueba de detección de VIH, aun si se han hecho exámenes durante embarazos previos.
Los CDC recomiendan pruebas anuales para las personas que:
Los CDC recomiendan pruebas de VIH cada tres a seis meses a los hombres homosexuales y bisexuales que sostienen relaciones sexuales a menudo.
Los médicos pueden diagnosticar el VIH analizando moléculas de muestras de sangre o saliva para detectar moléculas relacionadas con el VIH. En algunas investigaciones se ha sugerido que los análisis de saliva parecen ser menos sensibles que los análisis de sangre.
Los distintos tipos de pruebas de VIH tratan de identificar moléculas que puedan dar pruebas de infección. Algunas pruebas de VIH no arrojan resultados concluyentes durante semanas o meses después de que alguien se ha infectado, mientras que otras pueden usarse más pronto. Recuerde que puede haber un resultado falso negativo si la prueba se hace demasiado pronto.
Las primeras pruebas que son efectivas para diagnosticar el VIH son las pruebas de carga viral, las cuales se pueden realizar de 10 a 33 días después de la exposición. Un tipo de prueba de carga viral es la de ARN o prueba de ácido nucleico (PAN). Las pruebas de carga viral, que requieren una muestra de sangre, pueden medir cuánto material genético de VIH se encuentra en el torrente sanguíneo de una persona.
La prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR, por su sigla en inglés) es otra prueba precoz que puede diagnosticar el VIH y determinar la carga viral. Las pruebas de PCR pueden ser efectivas dentro de dos a tres semanas de la exposición. Este método por lo general no es mejor que la prueba serológica —el análisis de sangre de VIH habitual— en la mayoría de los casos. Sin embargo, el prueba de PCR es particularmente útil en unos cuantos casos específicos:
También conocida como prueba de VIH de cuarta generación, las pruebas rápidas de anticuerpos y antígenos se usan para detectar fragmentos del virus conocidos como antígeno p24, así como anticuerpos de VIH, inmunoglobulina M (IgM) e inmunoglobulina G (IgG). IgM e IgG son tipos de proteínas que el cuerpo produce para tratar de combatir el VIH. Se considera que las pruebas rápidas de anticuerpos y antígenos se vuelven efectivas entre 12 y 45 días después de la exposición al VIH.
Investigadores han concluido que este tipo de pruebas rápidas son casi un 100 por ciento efectivas para detectar el VIH en la etapa crónica o de latencia —unos cuantos meses después de que una persona se ha infectado— y un 80 por ciento efectivas para diagnosticar infecciones precoces, dentro de los primeros dos o tres meses. Algunas pruebas rápidas de VIH pueden proporcionar resultados dentro de 20 a 30 minutos.
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El ensayo de inmunoadsorción enzimática (ELISA, por su sigla en inglés) detecta solamente los anticuerpos de IgM e IgG. Esta prueba de anticuerpos es casi un 100 por ciento efectiva para diagnosticar el VIH en la etapa crónica o de latencia, pero podría no detectar infecciones de VIH en la etapa aguda o temprana. Si el resultado de su prueba ELISA da negativo, pero aún abriga la inquietante sospecha de que se ha expuesto al VIH, pregunte a su médico si puede hacerse otra prueba después de esperar de uno a tres meses.
Si una prueba ELISA produce un resultado positivo de VIH, el médico podría llevar a cabo un inmunoensayo de diferenciación entre VIH-1 y VIH-2 o una prueba de inmunoelectrotransferencia para confirmar la infección.
Los médicos a menudo realizan inmunoensayos de diferenciación entre VIH-1 y VIH-2 para confirmar un resultado de prueba ELISA positivo e identificar las diferentes cepas de VIH: VIH-1 o VIH-2. Estos dos virus comparten menos de la mitad de sus genes y pueden actuar de manera distinta. El VIH-1 y VIH-2 afectan a varios grupos poblacionales, se diagnostican utilizando diferentes pruebas y podrían requerir tratamientos distintos. La mayoría de las personas con VIH tienen la infección de VIH-1.
El análisis de sangre ofrece resultados muy precisos en menos de 20 minutos.
Las pruebas de inmunoelectrotransferencia separan proteínas de la sangre y detectan anticuerpos de VIH. Estas pruebas, que en su momento eran el método de referencia para diagnosticar el VIH-1, se llevan a cabo con menos frecuencia por un par de razones. Primero, a veces no detectan un subtipo de VIH-1 llamado subtipo O. Segundo, se requieren tipos especiales de pruebas de inmunoelectrotransferencia para detectar una infección por VIH-2.
Las pruebas de inmunoelectrotransferencia se vuelven efectivas después de dos meses de una exposición al VIH. Con frecuencia se hacen para confirmar resultados de prueba ELISA positivos, y la combinación de pruebas tiene casi un 100 por ciento de precisión.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA, por su sigla en inglés) ha aprobado dos kits de prueba de VIH.
La prueba de VIH OraQuick In-Home se lleva a cabo en casa con líquidos orales (del líquido que proviene de alrededor de las encías, similar a la saliva). Los resultados están disponibles dentro de 20 a 40 minutos. El autodiagnóstico se ha diseñado para usarse al menos tres meses después de una exposición al VIH. Alrededor de una doceava parte de las personas que se hacen una prueba de VIH OraQuick In-Home obtienen un resultado falso negativo.
El Home Access HIV-1 Test System (sistema de prueba de VIH-1 de acceso en el hogar) le permite tomar una muestra de sangre en casa con un pinchazo en el dedo y enviarla por correo a un laboratorio para llevar a cabo una prueba anónima. La prueba es efectiva de tres a seis meses después de la exposición al VIH. Los resultados están disponibles por teléfono dentro de siete días de enviar por correo la muestra de sangre. En los ensayos clínicos se ha comprobado que la prueba es sumamente confiable.
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es la tercera y última etapa del VIH. El SIDA se diagnostica en la mayoría de los casos con análisis de sangre, incluidas las pruebas que evalúan la carga viral y las pruebas que miden los niveles de linfocitos CD4 (también llamados linfocitos T cooperadores) de una persona. Las células CD4 sanas organizan a otras células del sistema inmunitario para combatir infecciones. El VIH ataca específicamente las células CD4, las cuales infecta para ayudarse a sí mismo a duplicarse y a su vez destruye.
Los médicos emiten un diagnóstico de SIDA si se cumplen cualquiera de las siguientes condiciones:
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