El herpes y el VIH son dos infecciones de transmisión sexual (ITS) diferentes causadas por virus distintos, pero tienen en común varios síntomas y factores de riesgo.
El herpes es causado por el virus del herpes simple (VHS) y puede provocar ampollas o llagas dolorosas en los genitales, el ano o la boca o en sus alrededores. El VIH es causado por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y ataca el sistema inmunitario, lo cual le dificulta al cuerpo combatir las infecciones y ciertas enfermedades. Si no se trata, el VIH puede derivar en SIDA.
Las llagas abiertas causadas por un brote de herpes pueden aumentar el riesgo de contraer VIH o de transmitirlo a otras personas durante el contacto sexual. Además, la función inmunitaria deprimida del VIH puede aumentar el riesgo de sufrir brotes de herpes. Es importante comprender la diferencia entre estos dos virus y cómo puede tratarse cada uno.
El herpes y el VIH pueden causar síntomas similares a los de la gripe durante los primeros días o semanas después de la infección. Estos pueden incluir los siguientes:
Sin embargo, no todas las personas tienen los mismos síntomas después de una infección. La única manera de saber con seguridad si tiene alguno de los dos virus es hacer una prueba. El herpes y el VIH también tienen otros síntomas que diferencian las dos infecciones.
Hay dos tipos de virus del herpes: el virus del herpes simple 1 (VHS-1) y el virus del herpes simple 2 (VHS-2). El VHS-1 suele afectar la boca o el rostro, mientras que el VHS-2 suele afectar los genitales o la zona anal. Sin embargo, es posible tener una infección por el VHS-1 en los genitales y una infección por el VHS-2 en la boca o en el rostro.
Muchas personas infectadas por el VHS no saben que tienen el virus. En raras oportunidades, las personas tienen síntomas graves, pero por lo general, los síntomas, si están presentes, solo son leves. Si tiene síntomas, habitualmente comienzan a aparecer en el plazo de dos a 12 días después de la exposición.
El VHS-1 habitualmente causa ampollas llenas de líquido alrededor o dentro de la boca, lo que se conoce como herpes labial o herpes bucal. Las úlceras pueden ser dolorosas y provocar picazón, y pueden dejar una llaga abierta que rezuma y luego se cubre con una costra.
El VHS-2 habitualmente produce herpes genital. Los síntomas habituales de la infección por VHS-2 incluyen los siguientes:
Después de que los síntomas del primer brote mejoran, posiblemente nunca tenga otro brote nuevamente, o es posible que los síntomas reaparezcan periódicamente. Cuando los síntomas reaparecen, se conocen como brote recurrente de herpes.
Los síntomas similares a la gripe son los síntomas más tempranos del VIH que las personas pueden notar. Habitualmente aparecen en las primeras dos a cuatro semanas después de la exposición. Solo alrededor de dos tercios de las personas experimentan algún síntoma por una infección por VIH recientemente adquirida. Si piensa que puede haber estado en contacto con el virus, es importante realizarse una prueba, incluso si no tiene ningún síntoma.
Si tiene una infección por VIH y no recibe tratamiento, posiblemente progrese a una fase más grave y avanzada de la infección, denominada SIDA.
Los síntomas de SIDA pueden incluir los siguientes:
Muchos de los síntomas del SIDA provienen de las infecciones oportunistas que aprovechan la debilidad del sistema inmunitario y causan síntomas más graves o frecuentes que lo habitual. El virus del herpes es un ejemplo de una posible infección oportunista en personas con VIH.
Puede contraer herpes o VIH por contacto sexual con una persona infectada. Sin embargo, hay diferencias importantes entre la transmisión del herpes y el VIH que debería conocer.
Tanto el VHS-1 como el VHS-2 se diseminan a través del contacto con la piel, la saliva o las secreciones genitales de una persona que está infectada. La transmisión es más probable cuando hay llagas o úlceras presentes, pero puede ocurrir cuando una persona infectada no tiene ningún síntoma.
Puede contraer el VHS-1 de las siguientes maneras:
Puede contraer el VHS-2 de las siguientes maneras:
El VIH se transmite a través de determinados fluidos corporales de una persona que es VIH positivo, si el VIH no está controlado. Los fluidos que contienen el VIH en una persona con VIH no controlado incluyen los siguientes:
Las formas más habituales de entrar en contacto con estos fluidos es a través del sexo vaginal, el sexo anal y por compartir agujas u otros elementos para el consumo de drogas. Las úlceras de un brote de herpes dejan llagas abiertas en la piel, lo que puede facilitar la transmisión y el contagio del VIH.
En raros casos, el VIH se puede transmitir por el sexo oral. Puede tener mayor tendencia a contraer VIH por sexo oral si tiene otra ITS, como herpes, y si hay semen en la boca con encías sangrantes, úlceras orales o úlceras en los genitales. Una infección por herpes puede aumentar las probabilidades de tener úlceras orales o genitales.
Si bien es posible contraer VIH en las siguientes circunstancias, es muy raro que eso ocurra:
La mayoría de las actividades sexuales implican algún grado de riesgo de contraer una ITS, incluido el VIH y el herpes. Las opciones más seguras son abstenerse de tener actividad sexual que implique el contacto físico directo y con fluidos corporales, o considerar mantener una relación sexual monógama con una persona después de que ambos tuvieron resultados negativos para ITS. El uso adecuado y sistemático de condones de látex cada vez que tiene relaciones sexuales también puede minimizar el riesgo de contraer herpes y VIH.
La medicación antiviral puede reducir el riesgo de transmisión de una pareja sexual infectada a una pareja no infectada. Las personas con herpes pueden usar valaciclovir (Valtrex) para ayudar a prevenir la transmisión de la infección a una pareja, además de evitar el contacto sexual durante un brote activo de herpes.
Las personas VIH negativo pueden usar profilaxis antes de la exposición (PrEP) con emtricitabina/tenofovir (Truvada o Descovy) o cabotegravir (Apretude) para reducir el riesgo de una infección por VIH.
Si su pareja es VIH positivo, pregúntele si está usando medicamentos contra el VIH de manera sistemática, y si su carga viral es indetectable. Considere pedirle que comparta los resultados de carga viral con usted para mayor seguridad. Sugiérale que tome sus medicamentos y controle el VIH, tanto para su salud como para reducir el riesgo. Si tiene dudas acerca de que el VIH esté controlado, use condones.
El herpes es muy frecuente. El herpes genital afecta a casi el 17 por ciento de las personas en los EE. UU. entre los 14 y 49 años. Más de la mitad de los estadounidenses adultos tienen herpes oral. La mayoría de las personas con herpes no saben que lo tienen.
El VIH es menos frecuente en los EE. UU. —alrededor de 1.2 millones de personas en los EE. UU. son VIH positivo. La mayoría de las personas con VIH saben que lo tienen. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC) estiman que solo alrededor del 13 por ciento de las personas con VIH en los EE. UU. no tienen conocimiento de su diagnóstico.
Las personas de cualquier edad, sexo, raza u orientación sexual pueden infectarse con herpes o VIH. Según los CDC, determinados factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de contraer herpes o VIH, como los siguientes:
Un proveedor de atención médica podría realizar el diagnóstico de herpes al mirar las llagas en la piel. También podría tomar una muestra directamente de la llaga para analizarla en un laboratorio. Si no tiene un brote de herpes visible, su proveedor de atención médica puede usar un análisis de sangre para verificar la presencia de anticuerpos contra el VHS. Los anticuerpos son la respuesta natural de su cuerpo a una infección. Este análisis puede indicar una exposición al VHS en el pasado, pero no es absolutamente preciso.
La única forma de saber si tiene una infección por VIH es realizarse un análisis. El VIH se puede diagnosticar mediante una muestra de sangre o saliva. Hay tres tipos de pruebas para el VIH:
Estas pruebas requieren algo de tiempo después de la exposición para poder detectar el VIH. Pregúntele a su proveedor de atención médica cuándo y con qué frecuencia debería hacerse las pruebas.
Actualmente no hay cura para el herpes o el VIH. Sin embargo, los medicamentos antivirales pueden ayudar a tratar estas infecciones.
Las personas que rara vez tienen brotes de herpes pueden optar por no realizar ningún tratamiento. El tratamiento antiviral oral o tópico (aplicado en la piel) durante un brote de herpes puede disminuir la gravedad de los síntomas y acelerar el tiempo de recuperación. También se pueden tomar diariamente los medicamentos antivirales por vía oral para prevenir los brotes de herpes.
Las opciones de tratamiento para el herpes —disponibles como medicamentos genéricos y con marcas comerciales— incluyen los siguientes:
En el caso de las personas con VIH, la terapia antirretroviral (TAR) puede ayudar a mantener bajos los niveles del virus en la sangre, ayudar al cuerpo a curarse de un daño previo, y prevenir las complicaciones. La TAR siempre incluye al menos dos medicamentos que funcionan contra el virus de diferentes maneras. Hay muchas combinaciones de tratamiento para el VIH. Hable con su proveedor de atención médica acerca de cuál es la mejor opción para usted.
Hable con su equipo de atención del VIH sobre su riesgo de herpes. Si ya se le diagnosticó herpes o si notó un aumento en los brotes de herpes, el médico puede ayudar con un plan de tratamiento que complemente su tratamiento contra el VIH.
En myHIVteam, la red social para personas con VIH y sus seres queridos, más de 40,000 miembros se reúnen para hacer preguntas, dar consejos y compartir sus historias con otras personas que entienden la vida con VIH.
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